Eran miles de letras
iluminadas por soles,
cada una distinta,
muy colorida, algo infinita.
Juntas creaban palabras
adecuadas, alegres, deseosas.
Símbolos qué regalaban más
imágenes. Dando Mundos
al momento de ellas
en un puñado reunirse.
No te miento, eran infinitas
trate y trato de leerlas todas,
pero aún no termino
son muy distintas y similares,
a veces me confunden
pero ellas mismas
en sus redes me resuelven.
Cada noche, le pido luz a la luna
qué me inspire con su locura,
me ayude a resolver los enigmas
encontrar la poesía y la filosofía,
que en esa telaraña de letras
hay escondida, enmarañada
con las respuestas a lo más complejo
y sobre todo al descubrimiento
del modo de vida más perfecto.