Bien sabías que te amaba
y pudiste traicionarme
pero no pienso matarme
por alguien que me engañaba;
no me digas, por favor,
que fue un pequeño desliz,
yo no miro cicatriz
que del golpe haya quedado,
al contrario, yo he notado
que te encuentras muy feliz.
En mi alma te acurrucaba
y todo mi amor tuviste
pero tú no comprendiste
de qué forma te adoraba;
hoy me vienes con el cuento
que no lo vuelves hacer,
yo no te puedo creer
pues me lastiman los cachos,
vete hacer más mamarrachos
donde no te pueda ver.
Yo te di mi corazón
y tú no lo valoraste
como tonto me miraste.
me pagaste con traición
pero no voy a llorar
porque no vales la pena,
para mentir eres buena
anda busca otro pendejo,
metele en el entrecejo
que eres una dulce nena.
Autor: Aníbal Rodriguez.