En mi firme torpeza dices
que hay un tesoro escondido
si busco con afán,
yo, por no contradecir,
empeño el alma al diablo
por tu infinita fe en mí,
aunque pienso que
ya está todo perdido.
De todas formas, tenía que decirte
que yo, en tu forma de ser
que defines como torpe, veo justo
belleza de actitudes y energía,
aunque te empeñas en rechazar
y agradecer a la vez
tal punto de vista mío y en que
todo ya lo das por perdido.
Entonces, los dos, frente a frente,
sentados en la playa solitaria de la tarde,
y en un momento mágico de lucidez,
caemos en la cuenta de que
si juntamos nuestras fuerzas invisibles,
traducidas en ganas de seguir adelante,
y no cejamos en nuestro tesón conocido
podemos llegar adonde queramos,
podemos salir de una vez por la intrincada abertura
que tiene esta tenebrosa cueva que es la vida esta
que nos tocó sin pedirlo vivir,
podemos triunfar
a nuestra humilde manera de ser...
Nadie dijo que la empresa fuera fácil
pero hay que intentarlo; puede ser que
el secreto resida en no pensar
en llegar a meta por el vial establecido
sino en fijarse como meta el propio camino en sí,
camino este por supuesto inventado paso a paso
por improvisado.
Puede, pudiera ser...
...que la meta constara tan sólo en respirar
y dejarse llevar por esta brisa amiga
con sabor a sal
de la mar generosa y azul...