Caballo del viento,
manto de raíces destrozado
en luna secuestrada,
furia, roce y fuerza creciente
con luciérnagas y faros.
Árboles cual soldados heridos
fenecen uno a uno.
Tinieblas, tormentas y crecidas.
En pausada marcha
las ramas vuelven a su lugar
juegan a las espadas,
desangrando en gotas cristalinas
que el cielo lanzó en su arremetida.