Aprendiendo de aquellos que de lejos llegaron
(a los profesores)
llegaron de lejos, no importando de dónde,
un día arribaron al pueblo
caminando lento,
pisando suave sin hacer ruido
- siempre en silencio...
Escuchando, enseñando,
transmitiendo su voz de maestros
con ecos repetidos de kultrún, trutruka,
montaña , pifilka y lluvia
en las salas de clase de la escuela del pueblo
escondido en los cerros...
Dialogando siempre, tendiendo la mano,
escuchando a los viejos, recibiendo consejos
descubriendo ese mundo, descifrando la lluvia
que caía en silencio...
cubriendo los rostros con máscaras
de agua y barro, cubriéndolo todo,
protegiendo verdades escritas en piedra,
en troncos añosos tan llenos de historia,
de raza primaria y ancestrales tierras
eternas...
Abrazados a la lluvia y el barro
revivieron verdades y adornaron la vida
de un pueblo cercado de cerros,
montañas, pantanos.oculto y olvido...
Mirando el estero, los niños crecieron...
Se atizaron los leños,
se fortalecieron los lazos
de razas distintas, aunando criterios...
Se construyeron historias de familias y nidos
con retoños nuevos y brotes muy fuertes
de un pueblo más nuevo
abriendo compuertas,
de ríos de vida que vaciaban sus aguas
en mares lejanos recibiendo las fuerzas
formadas en la escuela del pueblo
en sus salas de clases
con raíces diversas...
Así creció el pueblo perdido en los cerros
con historias de luchas defendiendo la patria,
con raza de origen de roca y granito
que ha servido de base a una historia
que sigue y que existe
con simbiosis de razas...