Padre mi tierna luz
me llevas por la puerta angosta
espinada y estrecha
siguiendo tus huellas.
Quiero ser un alma florida
donde broten sus pétalos
en el paraiso de la vida.
LLegar en tu presencia
respirar de tu perfume santo
despojarme jubilosa
y dejarte blancas rosas.
Las recogeré en el camino,
doleran las espinas
pero me gozare en tu alegría.
Ser para tí cantos de amor
de gloriosas alabanzas
ir a tu senda y recibir la vida eterna.
(Dedicado a mi Padre celestial
Rey de Reyes y creador)
Rosa Maria Reeder
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