El mundo es gris
cada qué avanza el tiempo,
se carcome por dentro.
Las personas no reaccionan,
siguen las corrientes malignas
qué en el aire se difunden.
La oscura rutina,
ocupa todo con su sombra.
Las maldades sobran,
en exceso los malhechores
disfrutan del pequeño reino
de la monotonía y la vida extinta,
qué sin más exige injusticias.
En la nada se pierden los personajes.
En las ilusiones difumadas
no hay más qué chantajes.
Personas inhumanas
qué caminan por las calles,
iluminadas por las sombras,
la pesadumbre y las malas noticias.
La muerte sale victoriosa en este rumbo,
es feliz entre tanto consumo.
Más rápido muere el humano,
se reproduce sin sentir y sin ser.
La muerte disfruta ver cómo arden
en su propio reino, dónde disfrutar
de la vida, deberían.
La muerte en su triunfo, tranquila
se llena los bolsillos a cada rato.
Las neblinas acompañan el alba,
la mañana colmada de fatiga,
en la tarde todo insoportable,
en las noches pocos qué se amen.
Pero entre las tinieblas una luz se asoma.
Algunas almas parecen luciérnagas de ultratumba.
Entre la maleza se ocultan, junto con su prosa.
Pocos los conocen, viven en sigilo,
entre cuevas, valles y panteones olvidados.
Poetas les llaman los más viejos,
coplista le dice el sabio, alguno liricista.
El rimador con un gran don,
versificando entre lo tenebroso,
creando mundos en lo oscuro,
de lo qué han hecho del mundo.
En su verso se esconden los antiguos secretos,
el idioma perdido de los dioses,
qué con palabras, sílabas y estrofas,
mata la pesadumbre de nuestro orbe.
Amor y poesía son la antorcha, que alumbran la nada.
Las personas valientes la encuentran, se envuelven
en la magia gigante, iluminante del verso esplendoroso,
de algún poeta disconforme a la corriente.
Amor y poesía iluminan el mal de cada día,
evitando la hipocresía,
empujan al dormido,
a qué salte al precipicio.
En la caída lo impulsa a qué
encuentre el sentido a la vida,
qué en tiempos modernos y antiguos
se fue quedando olvidada.
Amor y poesía la antorcha
aún encendida, con locura
su fuego arde, con ternura
su fuego arde, con frenesí
su fuego arde, en la nada
la poesía y el amor aún arden.