En este momento, cuando comienza a crecer la noche,
mis ideas me llevan a un dominio solo por ti conocido;
para ello, tomamos prestado el más fino de los coches
con la promesa de transformarlos en peces coloridos.
Mientras me aproximo, la divinidad se hace presente
mostrándonos pausadamente como seguir el camino:
ese, que nos llevará hasta alcanzar a lo omnipresente
fundiendo mi alma con la tuya, haciendo este destino.
Desde que llegamos, la eternidad parecía tan pequeña
que una lágrima de ángel podía resumir nuestro sino;
apenas te toque, al fuego de mi alma le sume más leña
manteniendo viva ilusión y engalanando lo cristalino.
No puedo definir el sentimiento que se lleva por dentro;
de igual forma, han perdido sentido todos mis sentidos;
siento que soy feliz, queriendo compartir el encuentro;
diciendo que con fe y pasión se puede llegar lo querido.
Eres, cómo poder decírtelo, una criatura llena de luz
donde vuelan como palomas libres haciendo lo divino;
en ti quiero quedarme hasta llenarme feliz de tu cruz,
esa que te marcó cuando sería el encontrarnos unidos.