Tengo una espina clavada
que igual que una sabandija
se aferra con mis entrañas.
Tengo una pena muy grande
que arranca de mi garganta
lamentos por soleares.
Pena de verte indefenso
con miedo a la incertidumbre,
al bicho y al tratamiento.
Pena por esos calvitos
que luchan contra el cangrejo
a base de radio y quimio.
¡Viva tus garras chaval!
que nada te tuerza el brazo
que tú, te vas a curar.
Cecilio Navarro Pérez. 12/10/2016.