Era un \"Santo\" matrimonio
pues se casaron en Roma,
pero les jugó una broma
el zángano del \"demonio\".
Les fabricó un pandemonio
que jamás se lo esperaron,
porque del Papa lograron
recibir su bendición
y por ninguna razón
en descalabros pensaron.
El \"gandul de Lucifer\"
su jugada preparaba ;
la manera no encontraba
como la podía hacer.
Mas suerte pudo tener
que un cura al pueblo llegó
y a la gente impresionó
con maneras educadas
que resultaron fachadas
cuando las uñas sacó.
Solteras, viudas, casadas
muy devotas se volvieron
los maridos no creyeron
del curita sus chuladas.
Iban a misa pintadas
y él a todas atendia.
Con pasión les ofrecía
las dádivas del perdón;
con eso el \"Santo Varón\"
sus favores recibía.
Vino después lo mejor
con la mujer de mi primo:
Le dijo con mucho mimo
\"Dios es la luz del amor\".
El camino hacia el Señor\"
a veces es misterioso
mas siempre brilla glorioso
para poderlo seguir
y así poderle servir
con voluntad y con gozo.
Y con tal palabrerío
la dama no se aguantó
y al curita le sirvió
con intenso desvarío.
Mi primo, toro bravío
y de fuerte voluntad,
le dijo con seriedad:
¡Mi hogar estás destruyendo!
Mas el contestó sonriendo:
¡De Dios fue su voluntad!
Autor: Aníbal Rodríguez.