El Silente Vagabundo

Relato Marinero

Cuando joven, preguntaba,

Y la duda, me agobiaba:

 

¿Qué será de aquél oleaje,

Qué callará su semblante,

Cual a muchos hechizaba?

 

Y del mar, por siempre presto;

El arrullo de las sierpes

la dibujan, diligente;

me susurró su secreto:

 

“Ven, descansa, sin demora;

Dale tregua a tus caminos

Que, si es perenne la aurora,

Corto en cambio, es tu destino”

 

Y en la seda de su cuerpo,

Puse a proa mis desganos;

Naufragó mi sufrimiento.

 

Sufrimiento, de saber.

De olvidar que en esta tierra

Andamos sólo una vez.

 

En el bastión del recuerdo;

Aún conservo, fiel retazos,

De su caricia… Y su encanto.

 

Bajo éstos, mis ojos pardos…

Bajo estos pliegues, colgantes…

Bajo el lastre de los años.

 

Cada vez, que cierro los ojos…

Y febril entono su canto.

 

Dlanor