Si la tristeza y la soledad
nos invaden alguna vez,
no olvidemos jamás
que tenemos al Dios de poder.
Si el cansancio nos invade
al extremo de caer,
recuerda a un Dios que te ama
el te puede socorrer.
Cuando la ira y el odio
son frecuentes en tu vida,
no olvides que hay un Dios
que te ofrece una salida.
Si por casualidad del destino
alguien te falló alguna vez,
recuerda que nuestro Dios
te mostrará un nuevo camino.
Y cuando te sientas perdido
no dudes en pronunciar su nombre,
es el dueño de tu vida
y de la existencia del hombre.
SOLO HÁBLALE POR FAVOR
TE MOSTRARÁ TU CAMINO
Y TE EVITARA TODO DOLOR.