Que hermoso sentimiento,
dure mucho o sea fugas,
regalar una sonrisa,
y despertarla en los demás.
No comprendo al ser humano,
que solo piensa acumular,
que se olvida que la vida,
al morir no va a acabar.
Como duele mirar niños,
transitando en la ciudad,
vendiendo cualquier cosa,
por su gran necesidad.
Quedan tantos sin amor,
derrochando en los placeres,
mientras otros pasan hambre,
lloran sufren y hasta mueren.
Pobres hombres son aquellos,
que en su afán de la riqueza,
van sin Dios y sin amor,
pues su alma está en pobreza.
El mas mísero de las seres,
es aquel que tiene tanto,
que no da ni una sonrisa,
y es inmune ante el llanto.
Obsequiar una sonrisa,
si es lo único que puedo,
al que está desposeído,
es lo mínimo que debo.
J.Moscoso.
Derechos de autor reservados.
José Antonio Moscoso Vega.
Costa Rica, Puntarenas, Corredores.
6 de octubre 2016.