Terrible hecatombe discierno en la triste mirada
si escucho la voz del hombre que naufraga
o desentraño sus versos que gimen aventados
de un dolor del alma que se rompe en el costado.
Interpreto las formas que borrosas se pierden,
como un jirón nostálgico, el poeta lleva un áurea de fuego,
inefable en la palabra, al nombrar su recuerdo.
Pareces perdido sin la caricia de la mañana
y en la playa quieto has varado el ancla,
afianzando el recuerdo en tu memoria.