Cierto día el buen hermano pobre apagó las noticias asqueado de escuchar tanta majadería exclamando:
” las noticias del gobierno no son de mi reino”
Y bajo al pueblo de los lobos donde la policía cuidaba de los niños que iban al colegio.
Al cruzarse con ellos el buen hermano se dijo:
Nada he de temer.
En una sombra se encontró como si fuera una sombra de si misma a una bella rosa que amarga se quejaba sin perder su aroma a belleza y felicidad.
Ay, nos falta un buen gobierno en el reino.
A su alrededor se encontraban muchos de los suyos bien alimentados y vestidos como jueces, policías, periodistas, tenderos, empresarios, que también se repetían:
Ay, nos falta un buen gobierno en el reino.
Los pobres que pasaban por la calle al verlos distraídos se reían, y algunos, aunque eran borregos, se convertían en fieras muy reflexivas, como la gente de las tertulias, y así les replicaban cuando en el fondo los querían como gobernantes:
Habéis traicionado a vuestro ganado.
Y como si fuera parte del coro de los suyos , levantó el buen hermano al llegar hasta ellos el puño en señal de burla por el cambio, pero estos creían que era una señal para ser dirigidos por él y así se acercaron como si fuera un mesías repitiendo su oración:
Ay hermano, nos falta un buen gobierno en el reino.
¿ quieres ser nuestro pastor?
Más este les dijo una vez lo rodearon:
Oh trono de rosas que tientas el puño de pana a subir a lo más alto.
Habéis conquistado el poder escalando sobre lomos de corderos, prometiéndoles felices pastos que eran todos falsos.
Os habéis puesto la mascara del humanismo, del progreso, del bien, predicando una cosa y haciendo la contraria.
Más la más bella rosa habló viendo que sus corderos lloraban arrepentidos:
Nos tentaron los ricos.
La buena vida.
¿ qué íbamos hacer?
entre nosotros había mujeres, miserables, enfermos que no habían conocido más que la opresión y el hambre, la fabrica y el traje de pana.
El buen hermano pobre, que conocía la tentación de la carne, conmovido ante la más bella rosa la guió como un padre:
Debéis estar tranquilos, en estos momentos los nuevos pastores del cambio que os han quitando el espacio ya están siendo tentados por la buena vida. La mascara que se han puesto de pueblo, de plebe, de borregos, poco a poco les irá cayendo, y acabarán gritando que no es malo ser rico, sino que lo horrible es ser pobre, y los borregos irán contra ellos indignados y volverán a vuestros brazos porque tendrán necesidad de creer en algo político.
Y la más bella rosa llena de esperanza le preguntó al buen hermano:
¿ Y eso cuándo ocurrirá?
El buen hermano notó que todo el mundo estaba a su alrededor expectante con la buena nueva que iba a decir, por eso guardo unos segundos de silencio antes de decir:
cuando encontréis un buen eslogan.
Paz y bien.
El coro se abrió y la luz entró en el corazón de todos ellos.
Angelillo de Uixó.