El dardo de su palabra
es divinizado fuego,
que trasmuta
la esperanza inolvidable
apenas desflorada...
de purificado anhelo,
sin frontera,
sin maldad...
a veces desfigurada
de irrevocable dicha,
en las azulinas atalayas
de etérea
e incrédula metáfora...
y desamortizado beso.
(En los cristalinos
y apenas descuidados
bosques y paraísos
del espíritu...
desterrados de ímpúdica
esfera celestial,
donde los hombres
henchidos de bondad
y purificada ciencia,
suelen soñar
anudados de concordia
y de infinitesimal ternura,
con el descuidado...
y apenas
desubicado latido,
de la curvilínea tarde).