Miro al cielo, arriba...
las gaviotas vuelan lentas
en círculos, que luego abandonan
incansablemente vanas.
A mi vera, tú me pides
los pensamientos claros
mientras, las pulsaciones
huidizas, se agolpan en las sienes.
Veo otra vez las aves volar
en incongruentes volutas
sin querer detenerme en vos
cuando los recuerdos, giran en mí.
Uno tras otro llegan
en cada giro, me tocan
los reconozco, como a vos
como a mis manos.
En cada giro
el aire cubre mi cuerpo
impulsándome a otro recuerdo
hasta que se agotan.
En ese punto tan temido
cierro temeroso los ojos
pero algo roza mi cara
suaves las plumas de la gaviota.
Entonces, tus manos recorren mis ojos
que te miran incansables
mientras los pensamientos giran como las aves
en el cielo azul profundo.