Dueño de la arena durmiente,
testigo de las agitadas aves
en picada, atrapando peces
encima del mar sereno
por donde pasa el velero
despidiendo luz
en colores bellos.
Lleva en el mástil bandera de seda,
cruzando las aguas,
pasando el océano.
Algún hombre del arte
dibuja el paisaje eterno
pensando en la vida
de algún marinero.