Sentado, entre las manos
un vaso helado
de un imprudente vino.
Olvidado y olvidando.
Obvio: el pasado...
O sólo una ilusión.
Un recuerdo extraviado
entre laberintos cristalinos.
Un baile de enjuague
como mujeres
que solo bailan en bares.
Se perderán
también
entre mis caminos caóticos.
Una mesura fresca
escondiendo una sonrisa
que no encuentro ni olvido.
Sospecha
mi inquebrantable amigo
cuales son mis molestias.
Una mujer
pero no cualquiera.
Ella solo existe entre sueños
y botellas.