Se ha levantado alegre, la mañana,
y ha subido temprano hasta los cerros
coronando sus cimas con el oro
que el alba recatara de los gnomos.
Con rondas de sombras entre las piedras
deja al viento, rodar por la ladera
donde un hato de cabras saltarinas
por riscos y senderos se perfilan
Hacia el valle, nadando en el arrollo
les cambia el color a las mojarras
y la miran los ojos de las nubes
columpiarse en las ramas de los sauces
En la vieja ventana de mi casa
asomada a las grietas de las misma
me cuenta, que ha soñado con las hadas.
Se ha levantado alegre, la mañana.