El poema que nace de vivir un amor
surge con una fuerza de tormenta
crece solo, armado de valor
por el deseo que lo alimenta
toma cuerpo convertido en farol
por las luces de ambas miradas
y se libera de todo control
justamente en las madrugadas.
El poema que nace de vivir un amor
alcanza su momento cumbre
cuando de cuerpo a cuerpo emana calor
capaz de reemplazar al fuego lumbre
a partir de allí, sólo hay matices
frases que quedan a medio terminar
y es mejor aceptar lo que se dice
el poema del amor es para amar.