Mi madre no es cualquier madre
tiene nombre y apellido
el suyo y el del marido
al que un día hizo mi padre.
Aunque no a todos les cuadre
no hay madre como la mía.
Dios quiso que hubiera un día
quien hablara por su boca
La puso a ella por roca
para darnos su alegría.
Ella lleva en su mirada
aquello que ven mis ojos.
Sabe de sueños y enojos.
Es la luz de la alborada.
No existe poesía rimada
que describan sus caricias.
Todo en su ser es primicias
pues ella es parte del cielo.
De un ángel tiene su vuelo
y del Edén sus delícias .