Caminando solo
voy rumbo a mi casa,
el sol es de oro
y la luna es de plata.
El simple lloro
no impide desgracias,
poco importa el toro
si queda la vaca.
Decir que te adoro
va sin fe de errata
ya parezco un loro
con mi perorata.
Sin nadie en su lomo
el corcel va a sus anchas,
los caminos recorro
sin medir distancias,
si me ven absorto
es que algo me pasa,
apenas yo como
me lleno la panza,
si rápido corro
ninguno me alcanza,
el sol es de oro
y la luna de plata,
ya parezco un loro
con mi perorata.
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Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo Venezuela.