Nos sentamos en el balcón, pensativos,
cayendo de sueño en sueño,
de mentira en mentira,
de pensamientos que no cesan.
Y entre caída y caída,
piso a piso,
razono una respuesta que no tiene preguntas
ni razón de ser,
tan solo circula por mi mente
sin dejar de taladrarme.
Expiro la respuesta en alto
dejando todo mi aliento en ello, y digo:
\"Te amo,
te quiero tanto
que el mundo a mi alrededor
cae contigo,
y renace a tu vuelta
llenando el vacío
que dejabas al irte.\"
A mi respuesta
solo otro pregunta:
\"Eres un idiota
¿lo sabías?\"
Nos fundimos en un abrazo
al calor de la fría noche.