Santiago Miranda

Ruta nocturna

Está de más marcar el mapa, recuerda

ambos conocemos que las calles que llevamos

cicatrizadas, señalan los quiebres y los años

en picada, los brazos dirigidos y más

abajo lo innombrable, origen de mitos

la noche aguarda

            hambrienta al día

 

allí nos las arreglamos para finiquitar

las semanas en el olvido, revolcando

el territorio iracundo, nos vertemos

al asunto y desparramamos trepidantes

haces de luces frotando (la onda se(h)a dicho)

       astros: la vía láctea, lleva

                 tu nombre, tuya

                    la caverna salpicada

 

y ¿cómo es que llegamos tan lejos

(y como ahora caemos tan bajo

                   en el silencio)

solo trazando? planes verticales

vórtices sobre los cielos y montes

aquellos sobrexpuestos triturándonos

 

 

arremetemos en la textura susceptible

el tiempo extendido es un manto

dispuesot a ser atravesado de placeres

esconde, escinde, permuta las sensaciones

en tus umbrales dispuestos titilamos

la fiebre es esquiva, roja delira

dunática o desértipa, menguando la luna

cabizbaja la lengua, sabes de lo que hablo

aún sin mencionarlo, leyéndote, me lees

yo soló llego tarde o para ti me voy, temprano

 

oprime esta era marchita, cubrámonos

las leguas de fuego y no espanto

construyamos, un pozo contiguo a los días

rutinarios, callemos el transcurso

de lo desmantelado, todo es demasiado

habrá de apagarse de golpe o lentamente

incluso nosotros caemos -en la cuenta

de lo que hemos-     dormido(s) en la tregua