Argalius

Y ahora, como todos los días

¿Y si te hubiese dicho todo aquella vez?

Te sentí en mi alma, ¿Lo sabías? 

Eras mi vida.

Cada que te abrazaba se me iba el alma del cuerpo, 

pues quería quedarse con vos.

Cada que me besabas se me alegraba el espíritu, 

pues a ti te pertenecía.

Cada abrazo, cada caricia, 

era un \"te quiero\" disfrazado de simpatía,

cada sonrisa y cada broma,

un \"te necesito\" disfrazado de alegría.

¿Acaso imaginé alguna vez perderte?

Nunca lo esperé, 

pero no se trataba de lo que yo quería.

Y ahora, como todos los días,

deseo que estés aquí, a mi lado, 

pero tan solo una copa de vino es mi única compañía.

 

Diego Alberto Araya Rodríguez. 16/10/2016