Me niego a celebrar el día de los difuntos,
que es como celebrar el día de todos los santos,
me acuerdo de los muertos todos juntos,
nunca creí que ellos pudieran ser tantos.
Ninguno tuvo ninguna prisa por morirse,
por mal que le fuera en la tierra,
nadie hizo méritos para ser el primero en irse,
nadie quiere estar bajo la misma tierra.
Solo el que no puede curarse,
de una terrible enfermedad,
para la que no hay remedio.
Prefiere discretamente marchárse,
con la máxima brevedad,
pués la vida cuando no es vida, es un mortal tedio.