En este viaje no te conozco
y no sabes quién soy,
provocas exquisita ilusión
que aparenta tan bien al amor.
Te contemplo
olvidando a donde voy.
Eres mi destino,
pasajera solamente por hoy.
Tus bucles cobrizos coquetean con el aire,
ese aire que perfuma mi adicción
a tus incitantes pecanas
salpicadas en tus hombros desnudos,
a la nata fresca de tu piel
que despierta un delirio profundo.
No me conoces
y me regalas sentimientos de fantasía,
pero si te conociera
quizás serías mi realidad de cada día.
No te conozco
y cuando termine este efímero viaje
no te volveré a ver,
por eso entre estos versos te traje
para admirarte de nuevo,
para no olvidar tu peculiar placer.