Quietamente de la mano
caminarás conmigo a un perdído
olvidado y hermoso rincón
donde se acomoda
placentero el silencio,
donde el rumor sereno
de los hilos del agua clara y cristalina,
se funden con la tierra fértil y el viento.
Te adentraré por sus aguas abajo
donde se retuerce el río,
entre el verde intenso y profundo;
desparramando delante de nuestros ojos
la belleza eterna
que sigue intacta entre la maraña y las piedras.
A mi paraíso escondido
te conduciré por el barranco de rojas
y resquebrajadas tierras,
donde duermen las águilas
sobre almohadillados mares de nubes
donde el aire aún se respira puro
y donde se siente el leve cosquilleo
que produce la inmensa felicidad...
Correjido y ampliado. 17-10-2016