Como me alegra todos los dìas
una bella dama con su saludo
y su mirar de verde caña al pasar,
¡Ay!, su tierna sonrisa
me hace temblar de emociòn
y me hizo decirle un piropo:
¡asì como caminas as de cocinar!
y yo optimista que uno de estos dìas
probarè su rica cocinar.
¡Ay! mujer de encantos,
dame tu comidita.