Santiago Miranda

Fondo para un disuelto nocturno

Ya quisiéramos parar

el drama, la tragedía evitable

con el ritmo entrecortado

y a respirar signos nuevos

para-luego-ser-nombrado;

 

   el            la

ver   ti     luz   enla

   go          mirada

 

brillando, destilan, tristeza los antros

medios-cuartos-enteros de vacío

cuerpos fuera de lápidas, revolcando

cuando un poco de amor no basta

para la fragua de un hombre quebrado*

 

 

es la pena de ser hombre

  lo que me ha detenido en la orilla

    del tiempo, yo paso. lo que a-callas

      has tragado, con sal de nuestro muertos

 (desesperados en la esperanza, hermanos míos)

quien ha sido postergado por los amados

quien ha perdido el sueño tras el sueño

(¿es una afirmación cada pregunta?

la respuesta fue de antemano, condicionada)

 

fijada

como cuando dije; el sueño

no encuentro tras los sueños

aquí va lo dicho o preguntado;

¿es lo oscuro un destino pasajero

o una condición divina**?

 (tristeza)

ya que

me llevas

adelante, aquello es

cierto pero llego destruido

        de la huída, mi tristeza

 

el calor llama al frío...

y con la ventisca que hace afuera

en fin. se derrumban los astros

     y la bóveda estoicamente aguarda

                  a  los fantasmas avanzando

 pero de llorar ya el mar hace bastante

con su zarandeo irreductible al espectáculo

ruido de un hombre que mira sólo el romper las olas

pero no a una ciudad romper al hombre

es la historia de una historia esbozando su reinicio.

 

PD: lo triste existe, luego existo.

**: lo uno no quita lo otro, pelmazo.

 

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* fuera un hombre insufla una flauta traversa

herida de muerte. no lo veo 

lo oigo desde el octavo de mi alma

que da un pequeño cuarto que da a una ventana

afuera nocturno corre el viento; mi ventana está cerrada

imagino que ese hombre es dueño de la triste melodía

triste va conmigo, y ninguno duerme, y ninguno sabe

realmente como el otro resiste y para qué o quién existe