Desperté a la vida, respiraba con esfuerzo, de la tibia y cálida oscuridad entré al infierno de luz, mi espíritu alerta enceguecía, no sabía contemplar la vida, todo era sonidos desconocidos, sentí profundo miedo y lloré, fue mi primer llanto a todo pulmón, se expandió un poco mas allá de la habitación, y después del frío inicial, cobijaron suaves manos, una frazada tibia, y me acercaron al palpitar de un corazón que reconoció mi interior, entonces cesé en mi llanto, pero algo extraño ocurría y nada comprendía, ¿Que pasó? ¿Porque mi tranquilo elemento desapareció?, y este ser conoció el hambre de amor y sustento, buscaban mis labios aprisa succionar el dulce pezón, justo estaba cerca al latido de un corazón.
Sentí mi primer beso, y el regazo de mi madre me brindaba el gran amor, ¡Oh mi Dios! conocí el amor y alguien emocionado gritaba llamándome ¡Raquel! es mi ovejita Hebrea que ha llegado, será valiente cual la hija menor de Labán, prima y esposa de Jacob, madre del patriarca José y de Benjamín y hermana de Lea, protagonista en el Génesis de la creación....Y ahí mi padre me entregó la completa carga de mi nombre, me diseño valiente, madre, esposa fiel, sufrida e hija del amor.
La ovejita, había nacido para triunfar, para ser grande, siendo única hija de la poetísa y cantante María, y muy trabajadora como su padre llamado Jesús Antonio, en un feliz matrimonio bendecido por Dios, y donde habítaba el príncipe amor y...la ovejita fue creciendo, traviesa y aguerrida, amó a la belleza de los campos y las flores, conoció el poema en la voz de su amada madre, también conoció al Garrid de Juan de Dios Pesa y Aura de las Violetas, saboreó los Besos Brujos de Libertad Lamarque, y a los Angelitos negros de Andrés Eloy Blanco, además vivió de cerca las tristezas, porque su padre un día voló del nido detrás de otra princesa y sintió mi alma el llanto de una madre, viviendo su hondo penar.
Ahí se fue construyendo este cuento lleno de poemas, cuando se repitió la historia , y la ovejita conoció el amor del hombre, le entregó su vida y su ser, llenó su nido de alfombras de lana de su querer, que mas tarde se convirtieron en sombras, conoció el desamor, la angustia el dolor de la tristeza que vino a visitar la aurora, y la ovejita también aprendió a rodar como una noria, y a vivir nuevas historias, donde a ratos balaba alto y otras lloraba en silencio.
Al igual que en aquel momento del nacimiento, no comprendía nada, ¿Que había pasado? ¿Porque el tranquilo aposento se había esfumado? y comenzó de nuevo a conocer el sonido del viento, y empezó a sentir como castiga el tiempo, también a morir poco a poco en su elemento, por eso es que digo, que la vida... ¡la vida es un cuento!
Raquelinamor
Venezuela2016