Por Slence Dogood
Fuiste el embrujo de mi juventud solitaria
Fui tu amante con pasión agravia
Me dijiste te amo mil y un veces
Lágrimas y besos como creces
Mi juventud fue ingenuidad rosada
Pero tu fuiste la madures edulcorada.
Suaves entrañas, dulces pechos.
Me lo brindaste todo sin un pero.
Inocente de mí en conocerte.
Impío de ti en conocerme.
Fuimos algo tan bello y efímero.
Como el encelo de un azoguero.
Forjamos el amor al fuego de la pasión.
Y creamos una ilusión si razón.
Inmadurez de niños, pasión de jóvenes.
Camino sin fin, fin sin sendero.
Murió el amor sin amar sus líquenes.
Moriste tú, murió tu dulce esencia.
Morí yo, y mi juventud con tu presencia.
No volveré a sentir tu amor ni tu belleza.
Solo el embrujo tu ausencia.
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