Hoy 18 de octubre de 2016, he decidido escribir la primera carta de lo que autodenomino “Cartas al amor de mi vida\".
Una sección que será dedicado precisamente al amor de mi vida, “DG”, con quien he compartido los mejores momentos desde hace casi 8 meses de noviazgo. Aunque es preciso aclarar que no todo ha sido color de rosa. En estos cercanos 8 meses, además de risas, felicidad y sueños, también hemos vivido peleas, tristezas, llantos, sueños rotos, obstáculos, pero nunca nos ha podido separar y siempre en base a la comunicación y al amor que nos tenemos, decidimos solucionarlo todo.
El primer consuelo es que, no somos la única pareja en sentirlo, y es que siempre quedamos lastimados por antiguas relaciones y siempre llegamos a una nueva a la defensiva por el miedo de ser lastimados otras veces.
A veces me pregunto si tanto dolor y humillaciones que recibimos por otras personas son necesarias, y creo que si… De esa manera aprendemos a expandir nuestras alas y resurgir del dolor para extender nuestras alas como el ave fénix.
Nadie quiere sentir dolor por una persona, pero creo que todos hemos pasado por algo así… los que no, siento decirles que no son afortunados. Sí, no lo son.
Los que terminamos con el corazón roto en más de una ocasión, hemos crecido mentalmente y emocionalmente. Amamos de una manera más sincera, sin mentiras, nos ilusionamos con el fin de hacer feliz a otras personas. Maduramos al no creer tanto en palabras, y nos damos cuenta de que el amor se demuestra con hechos.
DG; tengo una cosa muy importante que decir:
“Eres la estrella más bonita de mi constelación.”
En tus ojos puedo ver el universo, y en tu sonrisa puedo ver un rayito de sol… al verte, escucharte, besarte y abrazarte; una lluvia de meteoritos hay en mi interior.
Desde que llegaste a mi vida, le diste un giro total. Siempre creí que las personas no deben cambiar tu destino y que deben aceptar lo que eres, sin importar. Y siempre creí que nadie era indispensable para lograr felicidad personal.
En cambio tú, has podido hacer todo eso y más.
Lograste llenarme de sueños, risas, confianza y sobre todas las cosas…hechos.
Eres la persona más importante en mi vida y es preciso decirlo todo el tiempo. No quiero que llegue el día en el que ya no pueda decirlo y quiero amarte hasta el último suspiro.
Los psicólogos y científicos quieren engañarnos de que nuestro cerebro determina el tiempo en el que debemos amarnos. En cambio, yo creo que cada pareja lo determina, pero como siempre, buscamos a un culpable. No queremos aceptar que nosotros somos los culpables de que el amor se acabe. No queremos luchar por esa persona por el tedio, por el miedo, por el rencor o simplemente porque se ha perdido el interés.
Sé que al escribir la primera carta, tan sólo tenemos 8 meses y ya te nombro el amor de mi vida. También creo que el amor no se delimita en tiempos, sólo se siente y sólo lo sabes.
Para terminar ésta primera carta, sólo queda decir:
“Te amo”