Enciende una luz de amor
en el latido de su corazón
en esos ojos tristes
en los pasos solitarios
de los ancianos olvidados.
Que sea de aliento y fortaleza
en las grandes tempestades
promesa y sanidad en las enfermedades
alimento y cobijo en cada rincón
y un rayito de vida ilumine su corazón.
Enciende una luz en la humanidad
para que el mundo no se derrumbe mas
y el hombre con su puño esté dispuesto
a luchar por su tierra y su bienestar.
Una luz generosa para el olor de la pobreza
todas las luces divinas a los niños especiales,
que a la ceguera también se le otorgue
la luz universal para que puedan gozar.
Solo pido una luz para cada necesidad
elevada entre multitudes y límites
y se desprenda en volúmen,
en aire y tierra
de bondad y buenos propósitos,
brillantes de manos unidas
y los rostros no conozcan nunca
las sombras obscuras.
Dedicado a mi Jesucristo amado
Rosa Maria Reeder
Derechos Reservados