Fue en aquel momento
en que tus ojos me miraron -de nuevo-
y no pude evitar
quedarme atrapada
en ese paisaje
que esbozaba tu sonrisa,
esa mueca
que sin soltar palabra
y a penas quererlo
me decía todo aquello que,
ni siquiera,
podían expresar
todas las palabras
que recoge el diccionario.