Virgen la niña y con tino
ella cerro la ventana.
Deja que llore mañana
si así lo quiere el destino.
Prendas de seda y lino
cual capullos de una flor
deshojo ella con pudor
desafiando su camino.
Ebria de amor y vino
como si fuese ramera
se entregó por vez primera,
a mí, que era campesino.