Caminando y mirando
por una ventana rota
pero de limpio cristal,
que importa derramar mil lágrimas,
si las recojo en un canasto
para mañana recoger pétalos,
mírame cavar en donde esta el tesoro,
en medio de la nieve,
hasta no poder más porque la fuerza me abandona,
pero no muero presa de el frío,
porque el fuego que llevo en el corazón
me caliente y sobrevivo
la noche para ver el sol de un nuevo día,
para continuar mi camino,
después de recoger mi tesoro,
voy en busca de otro,
porque miro con ojos de niño grande;
que se convirtió en soldado.