Soneto sáfico
Pleno.
Después me nacen niña nuevas ganas,
será mejor la lidia cada vez;
adquiero más talento con las canas...
¡sembrada llevo adentro mucha mies!
Te puedo amar de noche y las mañanas
vigor respiro igual que en la niñez;
las cargas tú me tornas muy livianas...
¡cobró la dicha en mí por fin preñez!
Regaste savia sobre el leño seco
y hoy luce enhiesto para ti mujer...
¡pusiste timbre al hombre frío y hueco!
La frente altiva lleva, puede ver;
también percibe allá en tu vientre el eco...
¡que todo niño escucha sin nacer!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino