La última hoja
Del tardío otoño,
Tardó en caerse
Del árbol de ayer,
Envuelto en llanto
Grabé aquellas letras,
Te quiero por siempre
Y no…te olvidaré.
Mis trémulas manos
Fueron las culpables,
De algo tan lindo
Que no pudo ser,
El paso del tiempo
Cambió esa historia,
Vos dulce princesa
Y yo…el muchacho aquél.
A los veinte años
Todo es color rosa,
El mundo travieso
Nos muestra lo mejor,
Después las agujas
Que corren aprisa,
Y el rosa de antaño
Es el gris…de hoy.
A pesar que esto
Lo tengo asumido,
Y acepto las reglas
De este juego cruel,
Vuelvo muchas veces
A ese viejo árbol,
Las letras titilan
Que lindo…que fue.
Quién sabe algún día
Mis nietos pregunten,
Si algo del pasado
Yo quiero contar,
Les diré que había
Una vez un ángel,
Que en un tronco de árbol
Se quiso…quedar.
Y si tienen dudas
Que esto sea cierto,
Cerraré los ojos
Y les diré, tal vez,
Que adivinen ellos
Si el pícaro abuelo,
Lo ha inventado todo
O esto…pudo ser.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)