Raquelinamor

UN CUENTO  DE VIENTO. Tema semanal del Cuartel.


¿No han despertado alguna vez con esa sensación de estar flotando en el vacío?,  de no saber que van  a escribir hoy  y comienzan a darle vuelta a la cabezota, pensando, pensando, y van hurgando en los recuerdos, buscando aquellos buenos, desechando los no tan buenos, que  sin  duda  serán  los muchos,  y dicen convencidos:  ¡Hoy no escribiré sandeces! ni escribiré de amor,  de ese bendito amor ya estoy cansado, empalagado, fastidiado;  entonces... 

Encendemos la televisión vemos las noticias mientras nos tomamos el acostumbrado maté o  café  y quedamos  horrorizados ante el tanto desquicio que ondea el mundo,  ¡Organizaciones!  y que por los derechos humanos, ¡un fraude total!, políticos que mienten, guerras de ambición alimentando miserias de las gentes, y decidimos que  tampoco escribiremos de política, ni de guerra atroz o de la paz anhelada,   por lo que,  mejor nos disponemos a  tomar un poco de airé,  un respiro nuevo.

Abrimos las ventanas con la esperanza de  escuchar los sonidos del viento, tal vez tengamos suerte  y nos  llegue  el trino de algún pájaro perdido en el bullicio que no ha muerto, salude a  nuestros sentidos aguerridos,  venga de intrusa  la musa anidando en nuestro pecho las nostalgias de aquellos días de cálida  primavera, y como la vez primera, salimos corriendo a la mesa a juguetear con las letras necias, ¡al fin!  encontramos un motivo, decimos:  ¡Hoy si que  vamos  a conquistar el mundo!


Y Recordamos cuando un lejano día despertábamos ligeritos,  aún cuando la noche anterior estuvimos de juerga, o pasamos la noche en la batalla del amor, y sin dolor de piernas íbamos prestos a conquistar el mundo, a ganar nos la vida, a luchar por los sueños, a rodearnos de seres humanos, a sentir sus olores, a sudar bajo el sol, a esperar que la semana diera frutos para el fin de semana disfrutar, ir al mar, gozarnos de la naturaleza, reír y bailar con quienes bien valía la pena, la amistad y el amor.


Pero, todo en la vida tiene un pero, un perdón y un ¡por Dios! nos quedamos solitarios, entre paredes que hablan en contraseñas  recuerdos, miramos la cama, y decimos: ¡si este aposento hablará! haría de cuentos, historias cuando vivimos en glorias.  Volvemos a la cocina, abrimos la nevera que desespera en soledad sin exquisitez alguna, unas  aceitunas jugando con el vinagre, restos de un  mal  vino en botella vieja,  medio vacía que nos dejó  la Lucía, y  nos preguntamos: ¿tanto luchar para que?, reuniones, proyectos cansones, para terminar en esto? Comiendo solos, lamentándonos de todo, por la bulla del vecino que aún vive y ríe, o de los aullidos de perros y gatos,  y nosotros mentecatos  queriendo estar en el lugar de alguno de ellos.


Hoy, es uno de esos aciagos días, quería hacer un cuento o una canción  y no encontré melodía en mi corazón, termine como no quise,  escribiendo puras sandeces, recluída en mi fría habitación, hablando con el perro y viendo televisión. ¡Ahí se los dejo¡ pandilla de amigos de virtuales y casuales, un cuento de viento.
Con universal amor para mis fieles amigos del muro Poemas del Alma, y tomen la vida con calma.

 

Raquelinamor

Venezuela/2016