He de extrañar tantas cosas,
convencer a mi terco pensamiento
de que tu silueta en mi cama
solo es sinónimo de tu ausencia;
y la carcajada que parte los mares de tus labios
ya no es más que un soplo de aliento
que el viento refugia en mis miedos,
cansados de inhalar y exhalar tu bálsamo,
que ahora solo es rastro
de mis besos posados en tu cuello.
He de extrañar tantas cosas,
te veo en el fango futurista de mi vida,
te has dibujado y como huella perdida
intento encontrar una salida.
He de extrañarte mi vida,
Te espero con dos tazas de café,
sentados frente a frente
para entablar una charla interminable
de un afanoso porvenir enlazados;
me cuentas de tus noches tranquilas
enraizada a mi pecho,
de poemas nublados de besos
y auroras boreales vislumbradas en el cielo.
He de extrañarte mi vida,
Te esperaré noche tras sueño
cama tras besos, llanto tras risa;
allá donde fuiste y no estás,
donde te encuentro y te vas,
te espero en mis sueños esfumando realidades
y cociendo fantasías.
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