No me canso de mirarte
Sigilosa cuando duermes
Mientras descifro el enigma
De tu piel blanca y solemne
Descubrirte en el misterio
De un sueño vago y reciente
Es lo que anhelo esta noche
De madrugada silente
Que linda te ves dormida
Impecable en tu relieve
Mi brazo que bate y tiembla
En mi cabeza sostiene
El temor de las distancias
De la mañana siguiente
Porque te miro sabiendo
Que te me vas para siempre
Amor que pronto te marchas
Para no volver a verme
Dejadme que lo acaricie
Tu pelo que el viento mece
Soñad que sueño contigo
Y susurro lentamente
Si así te quiero dormida
Imagina cuando despiertes
Con un rumor de gaviotas
Se aproxima el viento inerme
Y la voz del mar levanta
Ritmos de canto ausente
Se mimetiza una inmensa
Luz de amor en el poniente
Cuando se estrellan mis olas
En el cantil de tu vientre
En el menguante vocablo
De tu espíritu celeste
Descubres que la mañana
Semblante pálido tiene
Opaca la luna llora
Y en la luz desaparece
Del amanecer que trunca
Este idilio de tenerte
En el blancor de mi paño
Tu dulce olor permanece
Y el celaje de tu cuerpo
Confundido siento a veces
Distinguirlo entre las sombras
De la llama cuando crece
En mi hoguera que te invoca
Jugueteando en la paredes
Y al anhelarte en plegarias
La luna bate y se pierde
Ha de temerle al adiós
Porque el rumor de los peces
Le revelan murmurando
Que la tarde cuando llueve
Ese adiós huele a tu cuerpo
Y al mirarme se conmueve
El frío prisma de insomnes
Colores nocturnos breves
Ya no quiebran mi descanso
Pero ay ! mujer, como duele
El ayuno de tus besos
El hambre que reverdece
Al exilio de mirarte
Tan hermosa cuando duermes
Gerardo Villalobos