En algunos periodos de mi vida
eh encontrado varias salidas:
la música, ejemplo de superación.
La poesía, mi pan de cada día.
La mujer siempre dispuesta.
El amigo qué nunca falla.
Mi familia dispuesta a amar.
Siempre una salida…
Pero en los momentos
donde la cuerda va floja
y se tiene qué cruzar.
Tomo un bolígrafo
para los renglones llenar,
y tal vez con lagrimas borrar,
las palabras qué van mal.
Escribir es un arte libre
donde el corazón y mente deciden.
No todos somos buenos,
obvio soy de esos.
Pero no se trata de esto o aquello,
es más sobre el sentimiento,
qué con ayuda del tintero brota de ello.
La salida más concurrida por los amantes de la vida,
la escritura como forma de vida,
encerrada en lo poético, en lo no animal,
en lo intelectual y lo (i)real.
Eh ahí el poeta, qué toma sus letras y describe el mundo.
Mundo agridulce, lleno de lo bueno, lo malo y lo peor.
Pero dónde en sí nuestras almas decidieron vivir,
tal vez no por un siempre pero si por un mientras.
Le doy gracias a todas mis salidas.
Creo que muchos entenderán,
la fuerza que dan cada segundo
al andar por la existencia,
alrededor de esta humanidad.
Salidas de vida, cada una repartida,
a lo largo del existir,
en este bonito vivir.
Pero nada nunca habrá
como lo sublime de escribir.