La noche tiene plumas
en la espalda de la noche
tacos altos, pestañas insomnes,
rojo intenso en los labios
color piel en el escote.
Tiene nombre y apellido
cada baldosa en la penumbra
la luna que todo lo alumbra
impone un compás renegrido
no es rock
es un blues vencido
gemidos sin romanticismo
y billetes como broche.
Los vecinos miran y miran
¡atrevidos!
disimulan lo que piensan
pero todos la observan
porque su andar es divino
no se le ve nada a la mujer
todas curvas de camino
quisieran ver las señales
quisieran ser peregrinos.