Pepe Pnca

106. RELATO

 

 

 

VI (FINAL)

 

 

 

Cruzó muy rápidamente ante la cocina y al entrar reviso que todo estuviera en orden, al mirar hacia la estufa sintió unos golpes los cuales venían del pasillo hacia el lado de las habitaciones, saco la lámpara de la gabeta y empezó a caminar directo a la puerta que al final del pasillo se encontraba cerrada. paso ante la habitación de David y Lizeth, paso con mucha precaución para no hacer ruido.


Siguió caminando y de nuevo el mismo sonido, esta vez se repitió una segunda vez y levanto los ojos hacia la puerta secreta y vio que una luz se filtraba por los espacios que en ella había, se detuvo un momento ante el cuarto de su hijo y sintió su respiración pausada, el niño dormía.


Luego de unos minutos, continuo su camino por aquel pasillo. Sintió como la brisa helada se filtraba por su ropa, a pesar del frío, como un sudor helado le caía por las sienes. Miro una vez mas hacia la puerta secreta y esta vez se agitaba y la luz se hacia mas incandescente, tuvo que volver a apartar la vista de ella y seguir caminando hacia ella.


Se encontró a unos pasos de la habitación que iba a compartir con su joven esposa, la puerta se encontraba entreabierta y pudo ver que su mujer ya se encontraba acostada, se detuvo de nuevo froto su anillo de matrimonio, señal de cuanto se amaban Manuel y Angie (los recuerdos llegaban a la mente de Manuel las anteriores vacaciones de la joven familia, José todavía en brazos de su madre, los padres y los hermanos una gran comitiva, que felices fueron aquellos tiempos, \"pensó\").


Él joven hombre vió a su alrededor y la luz ahora estaba por todos lados, no podía levantar la vista, y a tientas continuo su camino hacia aquella habitación misteriosa, la puerta continuaba estremeciéndose y los ruidos se volvían cada vez mas aterradores, ya se encontraba a unos pasos y con la llave en su mano trato de insertarla por la cerradura, labor difícil por que los ruidos que venían del otro lado de la puerta se hacían cada vez mas fuertes y repetitivos. Al fin sintió que las guardas cedían y apenas pudo entreabrir la puerta, en cuestión de segundos le pareció que la nada se apoderaba de aquel recinto y la sensación de una habitación que se encontraba vacía,de repente la luz ahora dominaba el entorno de la casa, Manuel, su familia y amigos ahora hacían parte de la nada.