El crepùsculo anuncia fuertes lluvìas en la hacienda \"Madrigal\", vientos huracanados obligan asegurar bien puertas y ventanas, se espera una noche muy larga, entre posibles inundaciones que la ùltima vez arrasò la siembra y gran parte del caserìo que bordèa el cause del rìo. Doña Josefina alerta a sus tres hijas.
-Niñas no abran las ventanas por ninguna razòn, yo estarè pendiente de la llegada de su padre, hoy se le ha hecho tarde comprando algunos vìveres en el pueblo. De inmediato contesta la hija mayor.
-Madre estamos preocupada por papà, recuerde usted que el puente que atraviesa el rìo esta quebradizo, serìa mejor que no venga hoy. -Claro hijas pero ya saben como es èl, vamos a disponer la cena mientras le esperamos.
Efectivamente la noche se hizo realmente interminable, entre rayos y centellas que iluminaban la oscuridad mas absoluta de aquel vendaval que se llevo todo lo que habìa a su paso, entre humildes caserìos aledaños al pueblo. A la mañana siguiente llego al \"Madrigal\" Don Fernando, contando a su esposa e hijas los estragos causados por el temporal.
-Ya saben lo que tenemos que hacer, asì que manos a la obra Josefina tu y las muchachas a socorrer a todo aquel que lo necesite, lleven botiquìn de primeros auxilios y sacos de alimentos en el granero hay suficiente, mientras yo me encargarè de reparar la cerca de nuestro linderos con los obreros y ver si se puede salvar algo de la siembra del sector que no se inundo.
Transcurridas un par de semanas todo volviò a la normalidad, se avecinaba el cumpleaños de la mayor de las hijas que viven en la hacienda del \"Madrigal\", se enviaron las invitaciones correspondientes a familiares y amistades entre las que se encuentran gente del pueblo, de la capital y del extranjero. En el pueblo todos hablaban del acontecimiento tan importante ya que serìa presentada en sociedad por alcanzar su mayorìa de edad, y asì pasar a formar parte de la lista de las jovenes pretendidas para un noviazgo formal en compromiso de matrimonio. Entre tanto las hermanas se dedican a embellecer los corredores de la casa con flores y helechos y grandes lazos blancos adornan el pasamanos a lo largo del corredor, Doña Josefina hizo traer de la capital los trajes que han de lucir sus hijas en tal recepciòn, y algùn que otro bocadillo exquisito para la ocasiòn, de la bebida se ha encargado Don Fernando. Adela, Jacinta y Renata, asì se llaman las tres hermanas, siendo Adela la mayor. Ya todo esta listo para el dìa siguiente es la gran celebraciòn. Llega la noche y entre las sombras se ve salir una silueta de la casa mientras todos duermen, y entre los arbusto alguien le espera y entre besos apasionados se alejan del lugar, antes del amanecer entra de nuevo a la casa una de las hermanas y finge que duerme. Doña Josefina desde el corredor alza la voz gritando:
-A levantarse todo el mundo, hoy es el dìa del gran festejo...
y la vida continua...