Con su mágica presencia
fluye un bostezo de luz
y sobre el negro capuz
arde la luminiscencia.
La rutilante existencia
por el borde se dilata.
Y la percepción mulata
que se aproxima o se aleja
bajo la luna refleja
una inmensidad de plata.
Noche cuajada de plata,
de plata con piel de luna
desmembrando su fortuna
en la facción que retrata.
La noche se deshidrata
con tacto de rasgo impreso.
Y un torrente de embeleso
de tanta emoción se troca
cuando al besar sin la boca
le desnuda con un beso.