Yo, que adivinaba el sol
A través de las cortinas,
Y aspiraba el aire de la noche
Por una grieta a través de la vieja persiana.
Yo, que dibujé estrellas en el cielo
De mi techo sin luna.
Salir del cuarto... suicidio,
Ir a la cocina por agua... impensable.
Pánico... ése el terror de mis huesos,
Interminable, cruel.
Yo, y mis montañas de dudas.
Mi absoluta ausencia de afectos.
Mis versos rotos,
Mi locura, mis despojos
Yo, y mi manojo de extraterrestres.
Años espiando al mundo
A través de la oxidada
Cerradura de mi mente.
Yo, recordando