Ese pacto que no fue necesario nombrarlo, esa respuesta a una pregunta que jamas existio, ese rostro necio que amanece en mi mirada a cada mañana y que se encuentra tan lejos de mi cama, ese nombre que se rehúsa a salir de mis labios por miedo a derramar sentimientos por mis mejillas, esas palabras que susurran a mis ojos cada vez que veo en camino alguna trampa para caer en lo cotidiano y me toman de la mano a ese tu dorado camino. Ahora no eres mas que ese vicio en mi mente, mi lengua niega el quererte pero mis manos miran a mi rostro diciendo aun estan marcadas las huellas de esos dias tan faciles de dejar ir, ya no eres mi corazón o siquiera parte de mis años pero no se porque aun no haz volado.